Los últimos sucesos mundiales impactaron en el rubro del Real Estate como nadie se hubiera imaginado. El confinamiento trajo una serie de cambios significativos en la forma en que concebimos las viviendas. La necesidad de adaptarnos a una nueva realidad nos llevó a realizar mejoras en las comodidades que ofrecemos los desarrolladores.
En este contexto, es evidente que todos han redescubierto la importancia de contar con balcones y lugares abiertos en sus hogares. Los balcones dejaron de ser simples añadidos arquitectónicos para convertirse en refugios personales, en conexiones con el exterior, en espacios que permiten conectarnos con el entorno, la naturaleza y el aire fresco. Además, esta conexión demostró ser efectiva para el buen estado emocional y anímico de la población.
Los amenities ya no son una opción sino una necesidad. Hoy en día, cualquier edificio nuevo debería contar, como mínimo, con un Salón de Usos Múltiples (SUM) y un sector de parrillas. Desde la piscina o el mirador hasta el solarium, el gimnasio y el microcine, los espacios comunes se transformaron en puntos de encuentro y recreación para los vecinos.